Felix Mendelssohn

Segundo de cuatro hermanos, nació en el seno de una familia de banqueros de origen judío, que se había convertido al protestantismo. Niño prodigio, pronto dio muestras de un inusitado talento no sólo para la música, sino también para el dibujo, la pintura y la literatura. Sus dotes fueron estimuladas por un ambiente familiar en el que siempre se alentaron las manifestaciones artísticas.
Alumno de composición de Carl Friedrich Zelter –a través del cual conoció al gran Goethe–, los primeros trabajos de Mendelssohn en este terreno se tradujeron en doce sinfonías para cuerda, algunas pequeñas óperas, un Octeto para cuerda y la obertura El sueño de una noche de verano. Estas dos últimas obras marcan el inicio de su madurez como compositor.
Fue, además, un buen intérprete de violín, viola y piano, facetas a las que más tarde se añadiría la de director de orquesta. En este ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar en 1829, cuando interpretó en Berlín la Pasión según san Mateo, de Bach, en un concierto que supuso la recuperación de esta obra después de un siglo de olvido. Bach, junto con Mozart y Haendel, constituiría uno de los pilares de su estilo.
Pocos años más tarde, en 1835, le fue confiada la dirección de la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, cargo que ejerció hasta su prematura muerte. Su hermana Fanny Mendelssohn (1805-1847) fue también compositora de talento, autora de valiosos lieder y piezas para piano.